viernes, 11 de enero de 2013

Fiesta de San Julián y Santa Basilisa en Porrúa. Llanes

► Porrúa está situada a 3,5 km de la capital de Llanes 
Porrúa es una parroquia del consejo de Llanes, en el Principado de Asturias. Tiene una población de 408 habitantes (INE 2006) repartidos en 222 viviendas y 8,7 km². Está situada a 3,5 km de la capital del concejo (Llanes). Se celebra la festividad patronal de San Julián y Santa Basilisa, siendo la fiesta grande San Justo y San Pastor celebrada el segundo domingo de agosto.

Programación:

  • 12.00h Salida del ramo.
  • 13.00h Misa solemne.
  • 13.45h Ofrecimiento del ramo.
  • 14.00h Festival folclórico.
  • 19.30h Juegos infantiles.
  • 21.00h Espicha popular.
  • Verbena con Waykas Family y el Dúo José y Almudena.
Historia
Julián, Basilisa y compañeros, Santos Mártires

Martirologio Romano: En Antinoe, de la Tebaida (hoy Egipto), santos Julián y Basilisa, mártires (s. IV).

Etimología:


  • Julián = Aquel que pertenece a la familia Julia, es de origen latino.
  • Basilisa = aquella que reina, es de origen griego.

Nació san Julián en Antioquía, de padres cristianos, a fines del siglo tercero. 

Habiéndose desposado con una honestísima doncella llamada Basilisa, guardaron los dos, de común acuerdo, perfectísima continencia. Porque el mismo día de la boda, a la que había concurrido la nobleza de la ciudad, estando los desposados en su tálamo, se sintió en el aposento un olor suavísimo de rosas y azucenas. Quedó maravillada Basilisa de aquella extraordinaria fragancia y preguntó a su esposo, qué olor era aquel que sentía y de dónde venía, porque no era tiempo de flores. Respondió Julián: El olor suavísimo que sientes es de Cristo, amador de la castidad, la cual yo de su parte te prometo, como le he prometido a Jesucristo, si tú consintieres conmigo y le ofrecieres también tu virginidad. Respondió Basilisa que ninguna cosa le era más agradable que imitar su ejemplo.

Poco después llevó el Señor para sí a los padres de Julián y Basilisa, dejándolos herederos de sus haciendas riquísimas; y ellos comenzaron luego a gastarlas con larga mano en socorrer a los pobres.

Consagróse él a instruir en la religión cristiana a los hombres y ella a las mujeres en diversa casa. Arreciaban por este tiempo las persecuciones de Diocleciano y Maximiano, pero Basilisa pudo librarse de ellas, y acabó su vida santa y preciosa de muerte natural.

Su marido Julián fue quien alcanzó la palma de un glorioso martirio.

El bárbaro gobernador Marciano mandó prender al santo y abrasar su casa y a Julián le pasearon por la ciudad cargado de cadenas, y precedido de un pregonero que decía: Así se han de tratar a los enemigos de los dioses y despreciadores de las leyes imperiales. Encerráronle después en oscuro y hediondo calabozo, a donde fueron a visitarle siete caballeros cristianos, que, con un sacerdote llamado Antonio, lograron ser compañeros de su martirio.

Llegado el día de la ejecución, mientras el gobernador, sentado en público tribunal, interrogaba a Julián, acertaron a pasar por allí unos gentiles, que llevaban a enterrar a un difunto.

En tono de mofa le dijeron que resucitase al muerto. Entonces Julián, en nombre de Jesucristo, le resucitó lo cual llenó a todos de grande espanto, y más, cuando oyeron que aquel. hombre resucitado, públicamente confesaba a Jesucristo.

Atribuyó el gobernador tan estupendo suceso a la poderosa magia de Julián, y condenó al resucitado a los mismos suplicios. Encerráronles a todos en unas cubas encendidas, mas los condenados salieron de ellas sin la menor lesión; arrojáronles después a las fieras del anfiteatro, y las fieras no osaron hacerles daño alguno. Finalmente, avergonzado el cruel tirano, les hizo degollar, y así entregaron en este día sus almas purísimas al Creador.

Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
 
Nota: algunos eventos puede que se celebren el fin de semana anterior o posterior. Algunos textos han sido obtenidos, respetando sus condiciones de uso, de Catholic.net.

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